No te fies de un extraño



Todo comenzó, como comienzan la mayoría de las historias, de casualidad. Una casualidad hizo que me acercara a aquel parque. Una tormenta hizo que me refugiase bajo el roble. Un viejo roble que parecía vigilar la ciudad situado en medio del parque se alzaba sobre todos los demás. Su corteza se encontraba horadada por infinidad de corazones atravesados por flechas e iniciales a cada lado. La gente corría en todas direcciones ,parecían una película de terror en la que no se sabía muy bien hacia donde corrían, ni si iban o venían.
Yo me encontraba observando ese trajín , cuando alguien se acercó por mi espalda.
Una mujer se arrimó al árbol, al principio no se percató, ya que venía corriendo con la cabeza agachada y con un jersey tapándose la cabeza. Al quitárselo me vio, le pilló por sorpresa y lo que en un principio era cara de estar asustada luego se convirtió en una sonrisa.
Quiero decir en mi defensa que lo que hice no fue premeditado, pero ella iba con una blusa de verano la cual estaba empapada y la vista fue por libre y ella tenía unos pechos preciosos. Cuando se dio cuenta frunció el ceño se tapó con los brazos.
No se me ocurrió otra cosa que disculparme.
- Lo siento, yo no quería...
En ese momento otra voz de mujer pero mucho más dura me interrumpió, se encontraba detrás de mi y noté un pinchazo en mi espalda y como una mano me agarraba por el cuello.
- No te muevas capullo y no te haré daño ¿Lo entiendes? O te lo explica mi amiga la navaja.
- Lo entiendo, pero tranquila la cartera está en el bolsillo interior de la chaqueta.
- ¿ Marisa?.- Dijo con voz de sorprendida la mujer de la blusa-. No me lo puedo creer, que coño estas haciendo.
- No me jodas Lorena. Eh ¿es tu chorbo? Si lo es perdona tío.
- No, no es mi novio, pero como has caído tan bajo
- Que paaasa, mira la fina esta, no me jodas, a ti que coño te importa pija de mierda.
En ese momento me soltó y fue derecha a Lorena esgrimiendo la navaja y en el momento que Marisa iba dispuesta a pincharle con ella yo me abalancé sobre Marisa y le tiré al suelo. La navaja salió disparada arrastrándose por el suelo, lo que aprovechó Lorena para hacerse con ella.
Marisa al verse vencida salió corriendo.
- ¿Estas bien?- le pregunté.
- Si gracias ¿y usted?
- Si, gracias a que tú le reconociste y se despistó, sino me hubiera robado, pero por favor trátame de tú.
- Si, pero tu has sido muy valiente al abalanzarte  de esa manera sobre ella, podría haberte hecho daño.
- No tiene importancia ¿Quieres que te acompañe a algún lado? O ¿quieres que tomemos un café calentito antes de irte a casa?
- Si por favor necesito tomar algo, todo esto me ha puesto muy nerviosa.
Nos fuimos a una cafetería y allí tuvimos una agradable conversación durante largo rato, luego le acompañé hasta el portal de su casa y allí nos despedimos, no sin antes darle mi numero de teléfono por si surgía algo o volvía a ver a su " amiga"
Me llamó al día siguiente y quedamos para cenar, le llevé a mi casa. Era una chica agradable y tan guapa que no podía dejar pasar esa oportunidad. Tras varías copas desperté por la mañana. Mi casa estaba vacía, no quedaba nada de valor. Tan solo una nota en mi mesilla.
- Ha sido un placer. Firmado: Lorena y Marisa.

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