Sin dejar de volar
En cada esquina encuentro un lugar donde caer, ya nada me queda, cada rincón me habla de quien fui y de quien eras tú, me dejaste caer cual hojas de otoño y el viento hasta aquí me arrastró. Ya no puedo dormir, sólo sé soñar, tan sólo miro al firmamento y te veo. Rozando estrellas te encontré, alargando agonías en el tiempo, surge el lamento que rige la noche. Era una luna de otoño, bajo un almendro te encontré contando estrellas, a ti me acerqué, con tu dedo me ayudaste a conocerlas. - ¿Quién eres? Tan sólo el verte es un regalo para mis ojos. - Soy una estrella que a este tu mundo a venido. Un lamento escuché y quise saber por qué lloras. - Lloro porque me siento solo. Es muy triste mi pesar a alguien perdí en el camino. - ¿Sabes? Tengo millones de años, he visto morir a amigos y extraños, conozco la paz y el silencio, la muerte y el nacimiento, la destrucción de mundos he conocido, el trágico nacimiento de estrellas y planetas he visto. Estuve acompañada de mis herma