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Mostrando entradas de octubre, 2023

La biblioteca.

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La mujer se acercó a la estantería, con paso lento y arrítmico. Los años no perdonaban y aunque debería haber abandonado ya ese lugar no podía ver como la biblioteca que había regentado durante toda su vida, se abandonaba o se echaba abajo para convertirlo en un supermercado o una hamburguesería, por eso aguantaba, y lo haría hasta que sus huesos se quebraran o su corazón dejara de funcionar. En repetidas ocasiones, unos obesos y sudorosos hombres con trajes que costaban más de lo que ella ganaba en un año, le habían ofrecido una buena suma de dinero para que la vendiera, pero no había cedido, en ocasiones se arrepentía, pues los ancianos del lugra lo eran demasiado como para acudir al lugar para leer, y los jóvenes leían poco y los que lo hacían, lo hacían en sus aparatos electŕonicos. Dejó en la estantería, ordenada alfabéticamente, el último libro que había prestado: La Casa de los Siete Tejados . Una apasionante historia de ambiente gótico escrita en 1851, que tanto le

Día de bodas.

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… Salió fuera. Tenía, debía, necesitaba notar el aire frío en su cara. La lluvia aún se dejaba sentir en pequeñas y diminutas gotas que de vez en cuando atravesaban el aire para estrellarse contra su cara, y ella lo agradecía. La luz de algunas estrellas se filtraba a través de las nubes que luchaban por sobrevivir mientras la luna las atravesaba. El viento había rolado a noroeste, cosa que agradeció, pues el vento cálido que había reinado esos últimos días hacía casi imposible conciliar el sueño, aunque después de lo acontecido dudaba si podría volver a dormir. Miró hacia abajo y vio a través de la repisa de la terraza del tejado a los invitados que se iban marchando, igual que las nubes, salvo que estas últimas volverían tarde o temprano y los invitados no. El coche del novio había dejado un reguero de globos y adornos por el camino y su ramo, ahora, se desprendía de sus manos y volaba en caída libre. El viento hizo elevarse a las flores y que se esparcieron como las gota