Sin dejar de volar
En cada esquina encuentro un lugar donde caer, ya nada me queda, cada rincón me habla de quien fui y de quien eras tú, me dejaste caer cual hojas de otoño y el viento hasta aquí me arrastró.
Ya no puedo dormir, sólo sé soñar, tan sólo miro al firmamento y te veo. Rozando estrellas te encontré, alargando agonías en el tiempo, surge el lamento que rige la noche.
Era una luna de otoño, bajo un almendro te encontré contando estrellas, a ti me acerqué, con tu dedo me ayudaste a conocerlas.
- ¿Quién eres? Tan sólo el verte es un regalo para mis ojos.
- Soy una estrella que a este tu mundo a venido. Un lamento escuché y quise saber por qué lloras.
- Lloro porque me siento solo. Es muy triste mi pesar a alguien perdí en el camino.
- ¿Sabes? Tengo millones de años, he visto morir a amigos y extraños, conozco la paz y el silencio, la muerte y el nacimiento, la destrucción de mundos he conocido, el trágico nacimiento de estrellas y planetas he visto. Estuve acompañada de mis hermanas y amigos, en perfecta comunión con astros el tiempo he pasado. He sido la culpable de muertes y nacimientos, pero jamás he visto un planeta como el tuyo tan bello y a sus habitantes quejándose todo el tiempo.
- Cierto bello ser, mi planeta es perfecto.
- Y siendo tan perfecto, ¿por qué lo matáis y lo destruís si en el vivís? ¿Por qué deseaís siempre lo que no tenéis? En lugar de disfrutar de este bello anochecer, lloras porque quizá no lo vuelvas a ver.
- Para ti es fácil, cuando yo muera tú seguirás brillando por millones de años.
- Lo mismo te dijo la mariposa, pero no dejó de volar. Yo seguiré iluminando, pero al final moriré y otra estrella llegará para ocupar mi lugar, pero mientras eso ocurre yo disfrutaré del camino y tú tan sólo tus lágrimas verás y tu vida tras una cortina de agua y sal pasará. Llora ahora si quieres o vive y disfruta porque la vida sigue.
Se marchó y bajo el árbol espero volverla a ver, pero ya no me lamento, ahora le agradezco que los ojos me haya abierto y cada noche disfruto como un niño y a la estrella le estoy agradecido.
Ya no puedo dormir, sólo sé soñar, tan sólo miro al firmamento y te veo. Rozando estrellas te encontré, alargando agonías en el tiempo, surge el lamento que rige la noche.
Era una luna de otoño, bajo un almendro te encontré contando estrellas, a ti me acerqué, con tu dedo me ayudaste a conocerlas.
- ¿Quién eres? Tan sólo el verte es un regalo para mis ojos.
- Soy una estrella que a este tu mundo a venido. Un lamento escuché y quise saber por qué lloras.
- Lloro porque me siento solo. Es muy triste mi pesar a alguien perdí en el camino.
- ¿Sabes? Tengo millones de años, he visto morir a amigos y extraños, conozco la paz y el silencio, la muerte y el nacimiento, la destrucción de mundos he conocido, el trágico nacimiento de estrellas y planetas he visto. Estuve acompañada de mis hermanas y amigos, en perfecta comunión con astros el tiempo he pasado. He sido la culpable de muertes y nacimientos, pero jamás he visto un planeta como el tuyo tan bello y a sus habitantes quejándose todo el tiempo.
- Cierto bello ser, mi planeta es perfecto.
- Y siendo tan perfecto, ¿por qué lo matáis y lo destruís si en el vivís? ¿Por qué deseaís siempre lo que no tenéis? En lugar de disfrutar de este bello anochecer, lloras porque quizá no lo vuelvas a ver.
- Para ti es fácil, cuando yo muera tú seguirás brillando por millones de años.
- Lo mismo te dijo la mariposa, pero no dejó de volar. Yo seguiré iluminando, pero al final moriré y otra estrella llegará para ocupar mi lugar, pero mientras eso ocurre yo disfrutaré del camino y tú tan sólo tus lágrimas verás y tu vida tras una cortina de agua y sal pasará. Llora ahora si quieres o vive y disfruta porque la vida sigue.
Se marchó y bajo el árbol espero volverla a ver, pero ya no me lamento, ahora le agradezco que los ojos me haya abierto y cada noche disfruto como un niño y a la estrella le estoy agradecido.
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