Su imagen en mi retina
Su vestido parecía una alfombra de verde hierba acariciando flores e insectos que a su paso volaban para posarse sobre él. Un único árbol era la única sombra en la extensa campiña, y es ahí donde bajo su cobijo la mujer desapareció. Esa imagen me acompañó durante todo el trayecto en el viejo tren, me gusta viajar en esos trenes que recorren despacio paisajes y andenes, y parecen devolvernos a los tiempos en el que esa era la forma más rápida para atravesar grandes distancias, pero ahora tenía prisa, prisa por dibujar esa bella imagen y que mis retinas no la olvidaran. Cuando llegué a casa lo primero que hice fue ir corriendo a mi cuarto de estudio e intentar dibujar a la mujer dentro de la postal. Hice mil y un bocetos, pero ninguno era como lo recordaba. Me maldije por no haber sacado una foto en ese momento, yo que renegaba de la tecnología y huía de las fotos digitales y menos con el móvil, ahora entendía de su importancia. Tras pasar toda la noche y la mañana siguiente trab