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Mostrando entradas de octubre, 2021

Llobushome.

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Una loba vigilaba desde la sombra de un árbol. Su pelo negro y sus rojos ojos infundían temor a quien los mirara. Corrió campo a través, ahora que hombres y mujeres no miraban. Como buena predadora conocía su entorno, lo había estudiado. No muy lejos de allí un viejo roble crecía de forma imposible, retorciéndose y estirándose por encima del rabioso río, en el lado contrario  una roca presidía la orilla, como un altar para sacrificios. Una loba cualquiera no hubiera arriesgado su vida saltando, pero esta no era una loba cualquiera. Su tamaño doblaba el de cualquiera de su especie, igual que su inteligencia. Corrió por el retorcido tronco y sin pensar saltó hasta el otro lado, cayendo como una acróbata, sin apenas esfuerzo y sin apenas mover los pies tras el salto, sobre la roca. Ahora sería fácil seguir el rastro de su presa. Sloane gruñó al bosque. Su instinto y su olfato le advertían de la presencia de un extraño ser. Su amo no estaba, quizá lo necesitara. Se giró y corri

El muerto sin nombre.

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Nos sentábamos en el pantalán mirando las barcas y las chalupas que se balanceaban tranquilas por el movimiento continuo de las pequeñas hondas que se propagaban en el puerto, debido a los grandes barcos y los buques de carga que pasaban remolcados.  El tintineo de las cuerdas en el mástil de las pequeñas embarcaciones de vela es algo que me relajaba, y hoy en día aún sigo deleitándome con ello. Al lugar le pusimos el sobrenombre de «el zapato caído», cierto día Agustín quiso hacer la gracia, y para llamar la atención de cierta chavala le lanzó un zapato al agua. El pobre Agustín acabó en el sucio agua del puerto para recuperar dicho zapato y el lugar se quedó para siempre bautizado. Era la segunda tarde tras el incidente de la casa abandonada. Tras una hora deambulando de aquí para allá sin mucho que contarnos, más que un par de tonterías y alguna anécdota de dudosa gracia, nos sentamos en el pantalán. Nos quedamos en silencio, no sé si porque nuestra mente estaba aún en a