Amor maldito
La primera vez que la escuché apenas la percibía. No estaba atendiendo. El paisaje era precioso, un mar sin fin parecía alzarse delante de mí, las olas rompían suavemente contra la playa, el anochecer en Anam Cara es espectacular, esos vivos colores en el cenit, unas pequeñas nubes se dejaban entrever, las gaviotas se dejaban llevar por la suave brisa del oeste, la misma brisa que trajo hasta mí esas deliciosas notas musicales. En un principio apenas lo escuché, a medida que prestaba atención, las notas parecían aumentar de intensidad y una agradable melodía nacida de algún instrumento de cuerda llegaba acariciando mis oídos, me dejé llevar por ella y parecía transportarme al paraíso. Al cabo de un rato, que a mí me pereció minutos, me di cuenta que la noche se había echado encima. - Dios mío se me ha hecho muy tarde!- Corrí a prepararme para mi cita. Una mujer explosiva, era una cita casi a ciegas; una cita por un canal de internet para buscar pareja. Fue un desastre, primero p