Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2021

El mundo a mis pies.

Imagen
Abrí la ventana dejando que la brisa entrara. Se podía oler la mar y su sonido rompiendo contra el acantilado. Cerré los ojos, en un acto reflejo, pues hacía ya muchos años que ninguna imagen se reflejaba en ellos, y lo vi ante mí, como un sueño. Una mar bravía, chocando contra las rocas y esparciendo su espuma sobre mi cuerpo, pude sentir cada gota cayendo en mi cara. Me vi surcando océanos sobre el viejo velero. Salí al exterior y me asomé al acantilado, mis pies rozaban el borde. Las gaviotas me llamaban, parecían decirme que volara con ellas. No era tan difícil. Un pequeño impulso y surcaría por siempre sobre esos acantilados, mi cuerpo se pararía, pero mi mente vagaría por siempre en el viento. De pronto noté el roce de una mano sobre la mía, no me agarró ni siquiera intentaba detenerme, solo estaba ahí, me sujetaba sin presión. —Es precioso. —Era una voz suave, de mujer. —Lo sé. Yo mismo mandé construir la casa en este lugar, pero eso fue hace mucho tiempo, ahora da i

Ni divino ni humano

Imagen
Recuerdo aquel otoño. El viento del sur moviendo la ropa que, como banderas, colgaban de los balcones. Siempre me gustó el viento, me hace sentir libre. Sentados en el respaldo del banco con los pies en el asiento, comíamos pipas mientras observábamos la calle. Pronto llegarían «los Sagutxos», una pandilla de adolescentes que imitaban a las que se veían en las películas americanas. El lugar era zona de trapicheo y las rencillas entre bandas eran habituales. Las zapatillas que colgaban del cable telefónico que iba al poste del teléfono de la parada de taxis era la señal de que ahí se vendía. El volumen del tocadiscos del bar se subió de pronto y «Pop–Tops» cantaba «Mamy Blue». El hermano de Clarisa nos vio y nos hizo una señal para que nos largáramos. Estaba claro que algo iba a pasar. Otra cuadrilla venida de un barrio cercano se unió a la fiesta. La cosa se comenzó a caldear.  Dicen que el viento sur hace que la gente se altere, creo que ese no fue el motivo, sino una riña

El laberinto.

Imagen
La lluvia había regresado, y con ella, el viento. Las hojas volaban libres y eran arrastradas por las gotas. El paraguas se me fue cargando de agua y hojas, pero era incapaz de ladearlo para deshacerme de ellas. Quería salir del laberinto, cosa complicada, pues era la primera vez que acudía a él y no conocía bien el trayecto que había tomado.  Llegué hasta un kiosco en medio de lo que suponía que sería el centro, era pequeño y de madera, pensé que sería buena idea cobijarse de la lluvia hasta que escampara.  En el lateral sur, unas escaleras daban acceso a su interior y justo frente a la escalera un paraguas parecía abandonado, era un paraguas rojo de mujer, parecía muy antiguo, pero bien conservado. Este se movía en círculos debido al viento. Era extraño que alguien dejara tirado un paraguas en medio del laberinto con la que estaba cayendo. Lo sujeté y me lo llevé hasta el centro del kiosco. Cerré el mío y observé el paraguas de mujer. Era nuevo, o al menos lo parecía. Un

Eso lo cambió todo.

Imagen
La noche nos transforma, la noche tiene esa magia que nos envuelve, que retiene los sueños del corazón viajero, es un vuelo que cruza los sueños y es ahí cuando esperamos encontrar al compañero perfecto. Y mientras esperas, el final del viaje llega, y nadie te espera. Esperas en silencio, ese silencio, que como guirnaldas, se enreda entre nuestros cuerpos. No es soledad lo que nos envuelve, no es el vacío lo que esconde, es la inmensidad de nuestros gritos, son los silencios a lo que nuestros cuerpos responden. La paz de un universo vacío Sucedió un otoño, un otoño cualquiera: Me acerqué a la cafetería en una noche de lluvia, entonces la vi. Ahí estaba Ella. Al abrir la puerta una ráfaga de aire frío sacudió el establecimiento, todos quisieron saber quién había llegado, para un segundo después seguir con lo suyo, todos, menos ella. Me observó, como se observa un cuadro, despacio y de hito en hito. La verdad, no me molestó, porque yo hice lo mismo, en un principio no fui con