Impulsándome a seguir





Quién te impulsa a seguir. Qué, después de tanto vivir te hace seguir. Cómo te destroza el camino, cuál será el final, adónde nos llevará el destino, sin ningún por qué, sin ningún para qué.
Desgastado ya por el tiempo, cansado de pelear, muerto en vida, sin alicientes, sin un para qué por vivir, sin hogar.
Regreso tras la contienda, sólo yo, sin amo a quién servir. Sin soldados con los que el camino compartir y sin pueblo por el que luchar.
Ahí mi casa espera, sola, hundiéndose en la tristeza, como mi alma, ella ya no regresa, ella murió en la batalla y mi cuerpo espera que llegue la hora en el que acompañar a mi alma que sola está.
Mil batallas ganadas, y, ahora que terminó la campaña, a nadie puedo contar, que somos dueños y amos de una tierra asolada y muerta.
Dónde está la recompensa, ¿en un papel quizás? ¿En una canción de un trovador que algún día cuente tristes canciones que me alaben?
Tan sólo me queda esperar, esperar junto al único ser vivo con el que puedo conversar, y nuestros viejos y maltrechos huesos calentar; mi fiel caballo, mi montura; juntos acabaremos esperando que pronto llegue el final
Huelo a hierba
Hay sensaciones que las respiras, que no necesitas ver para saber
Son emociones que se viven sin llegar a ver
Huelo a hierba y recuerdo los verdes prados, recuerdo las tardes sin prisa, cuando dos adolescentes cuerpos se deseaban y buscaban. Recuerdos lejanos cuando confundíamos la tarde con la noche y la noche se fundía con el día.
Caricias y juegos. 
Las manos recorriendo el cuerpo, clavando sus raíces para no olvidar
Disfrutando para recordar
Los recuerdos se esfuman, vuelve el presente cargado de muerte
Caballos moribundos y gente
Sangre en el camino 
Espadas relucientes 
Heridos que ayudar ya no se puede
Muerte y victoria, vida y derrota
Ya no se distingue quien vive o quien muere
Quien llora o quien ríe.
Cabalga fiel caballo. Que a la batalla yo no vuelvo y tras la larga contienda a mi amada besar yo quiero
Hierba, eso es lo que veo, alta es la hierba y ya a mis soldados no veo.
Algo se mueve en el cielo, algo en mi corazón me dice que mirar no debo
Huelo a aromas de flores en tu pelo, a tus manos siento acariciando mi cuerpo
Levanta soldado, levanta y concluye lo que no has terminado
algo impide mi movimiento
Toco mi pecho y mi latido no siento
Mi cuerpo frío está, más yo siento el aleteo de una mariposa, y sobre mi rostro el viento
Siento miedo a la soledad y al olvido
En este campo acabar solo no quiero
Dónde esta mi espada, dónde mi montura, dónde está mi casa y mi amada dónde, ya no la veo
El cielo se abre y tras un estruendoso silencio mi alma deja solo a mi cuerpo
Aquí desde la distancia, aquí sin miedos, sin odios y sin apegos, tan sólo veo hombres que por la avaricia de sus amos y la ignorancia de ellos solos han muerto
Huelo a hierba y ya mi hogar no recuerdo
tan sólo soy un anima que amarrado a un cuerpo la muerte espero.

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