El camino a casa.
El camino a casa es largo y ya mi fiel caballo no sigue mis pasos, dio la vida por su amo.
Tan solo el río me guía, tan solo el viento escucha mis lamentos.
Dejo en la arena mis huellas que la mar borra, igual que el tiempo todo lo elimina, tan sólo el camino sabe de mi destino.
Cansado de vagar por estas tierras sin dueño, cansado de pelear por mi destino. Sigo disfrutando de los amaneceres, continúo deleitándome con el regalo de ver un rojo atardecer. Mis cansados huesos no se olvidaron de las caricias, ni de los placeres del alma.
Mi destino no está escrito y mientras mi corazón siga latiendo nada importa.
Qué importa si las estrellas no lucen, qué importa si la luna no brilla, qué importa si el sol ya no alumbra, si lo que impulsa mi alma está aún presente.
Allá donde la mar rompe con la montaña, donde el cielo se une a la mar, donde la vida comienza y acaba, está mi hogar. Es allí donde quiero regresar, es allí donde me esperan y donde está mi único y verdadero reino, donde el amor es una religión y los soldados no matan, sino que dan la vida por su rey; y su rey, por sus soldados.
Allí mi vida no termina, allí mi historia no acaba cuando ellos quieran, allí mi historia acaba y termina cuando yo así lo decida.
Que largo es el camino a casa cuando tu alma allí espera junto a los seres que la abrazan.
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