E-MAIL A UNA DESCONOCIDA
• Sara, Sara Fernández.
• Bien. Pues como le decía, Sara, eso que
nos cuenta es un tanto extraño. Y, ¿dice que lleva un año escribiéndose
correos electrónicos con una mujer a la que no conoce?
• Sí, sargento.
• Llámeme Fran, por favor.
• De acuerdo, Fran. Como le decía todo ocurrió hace aproximadamente un año.
•
Un momento por favor.- Le interrumpió el policía mientras tiraba de su
silla hacia atrás y gritaba a su compañero- ¡José, trae café para mí y
lo que quiera la señora!
• Un café por favor.
•
¡Ya has oído, trae café también para ella! Ahora quiero que se
tranquilice y cuando venga mi compañero con los cafés nos lo cuenta
todo, desde el principio, sin olvidarse de nada.
•
No recuerdo exactamente el día que comenzó, creo que era hacia mediados
de mayo. Llegué a casa a las 20´30, como siempre, después del trabajo. Y
lo primero que hago es encender el
ordenador a ver si tengo algún e- mail. Esa noche al abrirlo vi uno que
me llamó la atención. No lo conocía. Normalmente cuando recibo correo
que no me es familiar lo borro directamente, o bien, si pienso que puede
ser de alguien que me busque por mi trabajo,
soy contable, lo paso por el antivirus. Eso último es lo que hice. El
correo era de una tal Cruz
Para: sarafer@hotmail.com
Querida amiga. Soy Cruz.
Ya he
llegado. El pueblo es como yo esperaba. Acogedor y muy tranquilo. Lo que
yo siempre andaba buscando. Gracias por ayudarme a dar este gran paso.
Ya se
que te prometí llamarte en cuanto llegara pero, en la casa no tengo
teléfono y los móviles no tienen cobertura. El pueblo tiene un solo bar y
gracias a que la tecnología a llegado hasta
él y tiene un ordenador puedo escribirte. Ya sabes que no se me da muy
bien esto de los ordenadores. De hecho, es la primera vez en mi vida que
escribo un correo electrónico. Prometo hacerlo mas a menudo.
Ya hace
una semana que llegué y ya me he instalado. La casa es vieja pero muy
acogedora y sobre todo se respira mucho silencio y paz, que de eso se
trataba, quería esto para poder terminar
el libro que estoy escribiendo y creo que aquí lo conseguiré. Bueno, ya
sabes que te quiero mucho querida Sara. No cambies. Un beso.
•
Desde el principio supe que había sido una equivocación ¿Es posible
saben? Una persona que no es muy ducha en la materia y una amiga que se
llama igual que yo, y las direcciones quizá
sean parecidas y, zas… la suerte está echada, cosas del azar. Así que,
no le hice mucho caso y pensé que ya se daría cuenta del error. El
correo lo mandé a la papelera pero no lo borré, pensé en enseñárselo a
algún amigo y reírnos un rato, la verdad ahora
que lo pienso, ni siquiera este primer correo tiene nada de gracioso.
Ya me había olvidado el e-mail cuando, una semana más tarde me llegó otro correo.
Para: sarafer@hotmail.com
Querida amiga.
No has
contestado a mi correo. No consigo entender porqué no lo has hecho.
¿Estas enfadada conmigo por marcharme así sin despedirme? Quiero creer
que no, tu no eres así, además tu fuiste la
única que me apoyaste desde el principio. Quizás no hayas podido, si,
quiero creer que será eso. Pero por favor hazlo, te echo de menos.
Te contaré un secreto. No he conseguido hacer un solo renglón de mi libro. No puedo concentrarme, hay demasiado silencio.
Que te
parece, vengo a este pueblo perdido en el culo del mundo para poder
estar en silencio, para poder escribir y resulta que precisamente ese
silencio es el que no me deja escribir.
No sé si podré cumplir con los plazos del libro. Si no lo consigo creo que me iré del pueblo.
Un beso. Y, por favor contéstame
•
Después de aquella carta decidí contestarle. No se exactamente por que
no le dije que se había confundido y que yo no era su amiga Sara a la
que ella quería tanto.
• Quizás fuera porque de alguna forma envidiaba esa amistad tan pura y sincera.
Para:
cruz2001@hotmail.com
Me
alegra mucho saber de ti. Veo que no has hecho muchas amistades, pero
creo que deberías tener un poco de paciencia y no rendirte tan pronto.
Se que tú lo conseguirás. Conseguirás terminar
ese libro y será todo un éxito.
Perdona
si no te he escrito antes pero, es que he estado muy liada y no tenía
muchas ganas de hablar con nadie, pero ahora gracias a Dios, ya me
encuentro mejor y te prometo que a partir de
ahora contestaré a todos los e-mail que me mandes. Por cierto no me
cuentas nada del pueblo, ni como es, ni si has conocido a alguien, ya
sabes alguien especial que te guste. Por aquí todo sigue igual. Bueno un
poco más triste desde tu marcha, pero espero
que eso no te afecte y sigas adelante. Un beso de tu amiga Sara. Hasta
pronto.
•
Después de ese e-mail hubo muchos más. No pareció darse cuenta del
engaño y poco a poco fui conociéndola mejor, hasta que cierto día ya
bien llegado el otoño me llegó un correo y todo
empezó a cambiar.
Para: sarafer@hotmail.com
Querida Sara.
Este fin de semana he conocido a una persona maravillosa. Se llama Alejandro.
Llegó al pueblo el viernes y nada más llegar creo que surgió entre nosotros un flechazo.
Según me
cuenta, vivió en el pueblo siendo niño, pero tras la muerte de sus
padres, una tía suya se la llevó a vivir a Madrid. Tiene 44 años, cuatro
más que yo. He estado todo el fin de semana
con él y creo que me he enamorado.
Te contaré un secreto. “Me he acostado con él”.
Ya, ya
se que me vas a decir que me he precipitado y todo eso y que no se quien
es y bla, bla, bla. Pero es que es tan especial. Hasta tú te
enamorarías de él si lo conocieras, y está tan bueno,
Jajaja.
Para: cruz2001@hotmail.com
Hola cariño.
¡Que
poco me conoces! Yo jamás te diría eso. Aprovéchate y además ¿Que tienes
que perder? A nuestra edad ya no podemos andar con miramientos, hay que
aprovechar lo que nos llega. Jajaja.
Me alegro mucho por ti y espero que tengas mucha suerte, y ya me contaras como te ha ido.
•
A partir de ese momento los e-mail fueron disminuyendo. Cada vez
tardaba más en escribirme. Yo no le decía nada ya que me parecía
natural, había conocido a un chico y se había enamorado,
y su amiga ya no era tan importante en su vida. Pero, un día, de eso
hace unos tres meses, recibí un correo que me dejó un tanto preocupada.
Para: sarafer@hotmail.com
Querida amiga.
Cada vez
me cuesta más escribirte, no es que no quiera, pero es que Alejandro es
tan celoso, que si sospecha que me escribo con alguien creería que le
estoy engañando y no se que haría. Hay
ocasiones que le tengo miedo.
Cierta
tarde que fuí a dar un paseo por el bosque, se me hizo tarde y cuando
regresé, él se enfadó mucho conmigo, llegué a creer que me iba a pegar y
pasé mucho miedo, ya casi no me deja salir
de casa y como en este pueblo por lo visto no he caído muy bien a la
gente, no me hacen mucho caso y no sé a quien contárselo.
Solo te tengo a ti y si encima no puedo
escribirte no se que voy a hacer. Bueno ya te contaré, que se me está
haciendo tarde. Un beso.
Para: cruz2001@hotmail.com
Hola cariño.
Estoy
espantada por lo que me estas contando. Tienes que largarte de ese
pueblo como sea. No se que te retiene ahí. Ese hombre no te quiere y te
va a hacer sufrir mucho. Ya sabes que aquí tienes
una amiga para lo que quieras.
•
Después de ese e-mail tardó unos meses en contestarme y entonces me
pedía ayuda y no me quedó más remedio que contarle la verdad. Pero
también le conté que estaba dispuesta a ayudarla
como fuera. Que me diera la dirección y que le iría a buscar. Pero me
contestó que todo el mundo parecía que le había fallado y que después de
eso no sabía en quien confiar, y ya no volvió a mandarme ningún correo
más hasta hace dos días.
Para: sarafer@hotmail.com
Querida amiga.
Ya no
puedo más. No tengo a quien recurrir, solo te tengo a ti, creo que me va
a matar. Tengo miedo. Hace dos semanas me pegó una paliza y creia que
me mataba y ahora me han dicho que me andaba
buscando. Como ya te conté aquí no hay policía y el cuartel más próximo
está a diez kilómetros y aquí nadie quiere meterse en problemas, por
favor ayúdame, te mando la dirección.
Un día más tarde:
• ¿Señora Sara Fernández?
• Si, dígame.
•
Le llamo de la comisaría, soy el sargento. Era para comunicarle que en
la dirección que usted nos dió no vive ninguna mujer. Nuestros agentes
se han personado en el lugar y nos dicen
que en esa casa no vive ni ha vivido ninguna mujer. Siento decirle que
creo que ha sido usted victima de una broma. Lo siento.
• Pero, no puede ser yo estoy segura que…
• Lo siento señora, estas cosas suelen pasar.
• Lo siento sargento. Me siento tan tonta.
• No se preocupe cuídese
Una semana después:
• ¡Sargento! Una señora, una tal Sara Fernández pregunta por usted.
• Hágala pasar.
• Hola ¿se acuerda de mi sargento?
• Claro, claro que me acuerdo. Que se le ofrece.
• ¿Ha leído el periódico? Creo que nos confundimos los dos. Hemos llegado demasiado tarde.
• A que se refiere.
• A esto: - Un hombre mata a su compañero sentimental de una brutal paliza. El fallecido se llama Juan Cruz Gómez Hernández.
• ¿Se da usted cuenta sargento?
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