Mentiras
Están las mujeres que besan con los labios, están las que besan con su mirada, las que sin decir nada te besan el corazón, las que con una sonrisa te miran y te besan las entrañas. Pero ella era de las que te basaban con su alma, de las que con un suspiro y su lánguida mirada te besaban y te marcaban para el resto de tu vida. Recibí una llamada bien entrada la noche.- Ha muerto. Sabes, cuando esa puta llamada destino, te apuñala por la espalda. Era un amor en la distancia, un amor de esos llamados virtuales, pero un amor al fin y al cabo, quedábamos una vez al mes en algún lugar intermedio entre mi ciudad y la suya. La había mentido y eso me dolía a mi más que a ella, por otro lado yo mismo me engañaba y la llamaba mentira piadosa, pero no existen las mentiras piadosas, una mentira es una mentira y no contar la verdad, puede que no sea una mentira, pero hace el mismo daño, y yo había mentido y no había contado toda la verdad, y la verdad era que le escondí que estaba casado y