Promesa eterna

Se encontraban sentados en el acantilado, el mar golpeaba con fuerza sobre las rocas y el cielo parecía romperse y quebrarse en cada rayo, el agua caía con fuerza y tras cada trueno el suelo parecía seccionarse. 
- Yo, Aritz juro que te amaré mientras viva. 
- Yo, Naikari juro que te amaré eternamente. 
Justo en ese momento el cielo parecía que iba a saltar en mil pedazos. Un rayo chocó contra un árbol que había crecido milagrosamente en el acantilado, estalló partiéndose en dos y madera y rocas se fragmentaron, chocaron en el aire cayendo donde se encontraban los dos enamorados, con tan mala suerte que Naikari se precipitó hasta el agua. 
Tuvo que ser los equipos de emergencia quienes sacaran a Aritz del lugar.  
- Has tenido suerte chaval.- Le decía el médico de la ambulancia.- Alguien que pasaba por allí haciendo fotos de la tormenta ha visto que te estaba dando un ataque y ha llamado, sino no lo cuentas. 
- Aritz lloraba desconsolado, no podía articular palabra. 
Aritz contó lo sucedido cuando por fin lograron tranquilizarle. Buscaron el cadáver de Naikari pero no lo localizaron. 
Pasó el tiempo, siempre pasa y los recuerdos perduran, pero la vida sigue y la gente quiere seguir viviendo y conocen nuevos amores y las promesas se rompen. O no…. 
- Te amo mi vida.- Le decía Marisa a Aritz. 
- Y yo amor mío jamás he amado tanto.  
En ese momento el cielo se rasgó, una tormenta como jamás se había vivido en Anam Cara, el agua comenzó a subir, el río no daba a basto y una figura aparecía entre las rocas, era un cuerpo descompuesto y cubierto por las algas y lodo, fue subiendo río arriba, se acercó a una pareja que se juraba amor eterno. 
- Aritz, Aritz.- Dijo una voz salida de ultratumba.- Vengo a ti amor mío, te juré amor eterno y yo cumplo mis promesas. 
No se volvió a ver a Aritz.  
LAS PROMESAS SE CUMPLEN EN ANAM CARA. 

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