El peor de los demonios
La Mar: mis espadas heredaron su fuerza. Es la puerta de mi alma hacia esos acantilados. Mar y tierra: donde nacen las historias que hablan de mí. Viajo hacia el horizonte, plagado de aventuras y desafiando tempestades. Mar, tierra y cielo: mi corazón es de ellos, mi alma les pertenece y mi cuerpo volverá a cabalgar sobre la tormenta, para así, una vez más, surcar sobre mi tierra y vivir en ella, por siempre, para siempre, en mil aventuras que surgirán de estas y otras mentes abiertas. Mi alma está llena de emociones, sensaciones que no puedo expresar, que llegaron caminando sobre la tierra mojada. Risas y llantos, que como dagas penetran, haciendo sangrar cada centímetro de mi piel, cada vena, cada mirada. Desenvaino mi espada y juro ante esta tempestad: Atentos, posición de guardia, mirada en lo infinito de lo más profundo que la mar me ensaña. Herida mi alma, sangra, sangra sentimientos, que como tinta riega mi piel que utilizo de lienzo. Lo que ves, es lo que soy. He lu