EL RÍO ( III )
El autobús que iba
de la penitenciaría, para que los presos hicieran los trabajos que
nadie quería hacer en la planta química, estaba apunto de entrar en
la ultima curva antes de entrar, cuando una gran explosión hizo que
la pared de la planta chocara contra el autobús y este fue lanzado
por la pared y la honda expansiva hacia el río, quedando tumbado,
prácticamente murieron todos en el acto, muchos presos quedaron
agonizando y atrapados entre los hierros, Carlos tubo suerte, su
compañero estaba en el lado de la ventana le amortiguó el golpe y
el policía que les custodiaba quedó tendido y muerto al lado suyo,
cogió sus llaves se quitó los grilletes y se llevó la escopeta
recortada y su pistola. Salió del autobús y vio como la planta
química había desaparecido prácticamente.
Por una vez en su vida había tenido suerte. Quince años en la cárcel ya era hora que alguien pagará por ello, lo primero que tenia que hacer era escapar lo mas rápido posible, la policía llegaría enseguida, luego ya pensaría en como vengarse del hijo puta que le vendió a la pasma.
El río seria su escapatoria y el bosque su banco de alimentos hasta que llegase algún sitio.
Pero el bosque le traicionó como sus amigos y acabó perdido en el.
Cuando llegó al bar de carretera no vio a nadie, entró y pegó cuatro voces para que el dueño o algún empleado apareciera, pero nada, no había nadie.
- Que os den por el culo.- Dijo Carlos.- Cogeré las cosas yo mismo.
Entró en la barra y vio los cadáveres de tres personas comidas e irreconocibles. Las sorteó y agarró todo el dinero que pudo y alguna bebida, la comida que encontró y se fue.
- Solo me quedaba que me hicieran responsable también de estas muertes.
Salió corriendo hacia la acampada y vio el coche y la caravana.
- Bien, por fin un golpe de suerte.
Se acercó al coche y la caravana y vio que no eran tan fácil de robar.- Joder ya no hacen los coches como antes, que les hacías el puente y listo. Escuchó unos ladridos que llegaban desde la orilla del río, se acerco y vio a tres personas y una decena de perros intentando morderles.
Carlos cargó la escopeta, se escucho el característico sonido de la recortada cuando se carga. « Clac- clac»- Y los tres miraron hacia Carlos sorprendidos. Se escuchó un disparo. « Pumm»- (En ese mismo momento Mikel supo que había algo que no cuadraba muy bien, pero no sabía que era). Un perro, un Mastín, Calló fulminado, los demás huyeron.
- Gracias a dios.- Dijo Natalia.- Creíamos que íbamos a morir aquí.
- Gracias a dios no señora, gracias a mi.
- Gracias señor.- Dijo Mikel.- no sabíamos que hacer ya, entre esos perros y los monstruos de este río.
Corrieron hacia la orilla y los peces nadaron rápidos hacia ellos pero no podían pasar. Carlos volvió a cargar la escopeta y disparó sobre los peces, dio a uno de ellos y los demás se abalanzaron sobre el pez muerto.
- Maldita planta química, miren lo que ha hecho.
- De que esta hablando.- Dijo Sandra.
- Una planta química que estalló por los aires hace una semana, es la que ha provocado todo esto, lo he visto por todo el camino, animales que se han vuelto locos y ciento de aves muertas.
Mikel se dio cuenta en ese momento, eso era lo que no cuadraba al disparar Carlos no hubo ningún pájaro que se asustara ni se oía ningún pío, todo era silencio. Los pájaros habían muerto.
- Los del bar sabrán algo.- Dijo Mikel.
- No se molesten, están muertos.
- Habrá que avisar a la policía.
- El primero que avise a la pasma le pego un tiro.- Dijo Carlos sacando la pistola y apuntando a Natalia en la cabeza.
- Pero que coño dice.- comenzó a decir Natalia.- Dios, hemos dado con un loco, como los perros ¿ A usted también le a afectado la planta química?
- Cállese y deme las llaves de su coche. Cual es.
- El de la ruedas pinchada, no podrá ir muy lejos con la caravana así.
Carlos miró hacia la caravana y vio que efectivamente tenía una rueda pinchada.- Venga deme las suyas.
Mikel se puso a buscarla tarjeta pero no la encontraba.- Se me ha perdido.
- ¿ Me tomas el pelo ? Dame esas putas llaves.
- No las tengo, se me ha debido caer en el río.
- Muy bien, vamos a ir a buscarlas.
- Que dice, yo no vuelvo a ese río.
- Muy bien, o el río o una bala para usted y otra para ellas.
Mikel, a regañadientes se acercó al río y vio, para su sorpresa, que el Agua había subido el doble de lo que esperaba. Los peces gigantes nadaban a sus anchas esperando una presa.- Y no seré yo.- Pensaba Mikel.
- Yo ahí no me meto, además ha subido mucho el caudal y no entiendo porque.
- Pues porque han cerro las compuertas, río abajo. Después de la explosión de la planta química , se habrán visto obligados sino quieren a los habitantes de los pueblos río abajo convertidos en putos zombies matándose unos a otros. A ver, donde pueden estar las llaves.
- En esa zona de ahí.- dijo Mikel señalando hacia la izquierda debajo de las ramas de un castaño.
- Bien.- agarró la pistola con la mano derecha, mientras con la izquierda apuntaba a Sandra con le recortada, apuntó y disparó contra uno de los peces. Los demás peces se abalanzaron contra el animal muerto.- ya tiene via libre para buscarlas. Desde prisa antes de que acaben de comer ¡YA! - Gritó Carlos y Mikel corrió hacia la zona zambulléndose en el agua.
- Y porque a nosotros no nos ha pasado nada.- Dijo Sandra mirando a Carlos.
- Yo que se niña. Quizá no afecte a todos de igual manera o...- Quizás... Eso es, habrá que beber del agua y los animales lo hacen. Los humanos no. Solo la que sale de los grifos, por eso han cerrado las compuertas.
Por una vez en su vida había tenido suerte. Quince años en la cárcel ya era hora que alguien pagará por ello, lo primero que tenia que hacer era escapar lo mas rápido posible, la policía llegaría enseguida, luego ya pensaría en como vengarse del hijo puta que le vendió a la pasma.
El río seria su escapatoria y el bosque su banco de alimentos hasta que llegase algún sitio.
Pero el bosque le traicionó como sus amigos y acabó perdido en el.
Cuando llegó al bar de carretera no vio a nadie, entró y pegó cuatro voces para que el dueño o algún empleado apareciera, pero nada, no había nadie.
- Que os den por el culo.- Dijo Carlos.- Cogeré las cosas yo mismo.
Entró en la barra y vio los cadáveres de tres personas comidas e irreconocibles. Las sorteó y agarró todo el dinero que pudo y alguna bebida, la comida que encontró y se fue.
- Solo me quedaba que me hicieran responsable también de estas muertes.
Salió corriendo hacia la acampada y vio el coche y la caravana.
- Bien, por fin un golpe de suerte.
Se acercó al coche y la caravana y vio que no eran tan fácil de robar.- Joder ya no hacen los coches como antes, que les hacías el puente y listo. Escuchó unos ladridos que llegaban desde la orilla del río, se acerco y vio a tres personas y una decena de perros intentando morderles.
Carlos cargó la escopeta, se escucho el característico sonido de la recortada cuando se carga. « Clac- clac»- Y los tres miraron hacia Carlos sorprendidos. Se escuchó un disparo. « Pumm»- (En ese mismo momento Mikel supo que había algo que no cuadraba muy bien, pero no sabía que era). Un perro, un Mastín, Calló fulminado, los demás huyeron.
- Gracias a dios.- Dijo Natalia.- Creíamos que íbamos a morir aquí.
- Gracias a dios no señora, gracias a mi.
- Gracias señor.- Dijo Mikel.- no sabíamos que hacer ya, entre esos perros y los monstruos de este río.
Corrieron hacia la orilla y los peces nadaron rápidos hacia ellos pero no podían pasar. Carlos volvió a cargar la escopeta y disparó sobre los peces, dio a uno de ellos y los demás se abalanzaron sobre el pez muerto.
- Maldita planta química, miren lo que ha hecho.
- De que esta hablando.- Dijo Sandra.
- Una planta química que estalló por los aires hace una semana, es la que ha provocado todo esto, lo he visto por todo el camino, animales que se han vuelto locos y ciento de aves muertas.
Mikel se dio cuenta en ese momento, eso era lo que no cuadraba al disparar Carlos no hubo ningún pájaro que se asustara ni se oía ningún pío, todo era silencio. Los pájaros habían muerto.
- Los del bar sabrán algo.- Dijo Mikel.
- No se molesten, están muertos.
- Habrá que avisar a la policía.
- El primero que avise a la pasma le pego un tiro.- Dijo Carlos sacando la pistola y apuntando a Natalia en la cabeza.
- Pero que coño dice.- comenzó a decir Natalia.- Dios, hemos dado con un loco, como los perros ¿ A usted también le a afectado la planta química?
- Cállese y deme las llaves de su coche. Cual es.
- El de la ruedas pinchada, no podrá ir muy lejos con la caravana así.
Carlos miró hacia la caravana y vio que efectivamente tenía una rueda pinchada.- Venga deme las suyas.
Mikel se puso a buscarla tarjeta pero no la encontraba.- Se me ha perdido.
- ¿ Me tomas el pelo ? Dame esas putas llaves.
- No las tengo, se me ha debido caer en el río.
- Muy bien, vamos a ir a buscarlas.
- Que dice, yo no vuelvo a ese río.
- Muy bien, o el río o una bala para usted y otra para ellas.
Mikel, a regañadientes se acercó al río y vio, para su sorpresa, que el Agua había subido el doble de lo que esperaba. Los peces gigantes nadaban a sus anchas esperando una presa.- Y no seré yo.- Pensaba Mikel.
- Yo ahí no me meto, además ha subido mucho el caudal y no entiendo porque.
- Pues porque han cerro las compuertas, río abajo. Después de la explosión de la planta química , se habrán visto obligados sino quieren a los habitantes de los pueblos río abajo convertidos en putos zombies matándose unos a otros. A ver, donde pueden estar las llaves.
- En esa zona de ahí.- dijo Mikel señalando hacia la izquierda debajo de las ramas de un castaño.
- Bien.- agarró la pistola con la mano derecha, mientras con la izquierda apuntaba a Sandra con le recortada, apuntó y disparó contra uno de los peces. Los demás peces se abalanzaron contra el animal muerto.- ya tiene via libre para buscarlas. Desde prisa antes de que acaben de comer ¡YA! - Gritó Carlos y Mikel corrió hacia la zona zambulléndose en el agua.
- Y porque a nosotros no nos ha pasado nada.- Dijo Sandra mirando a Carlos.
- Yo que se niña. Quizá no afecte a todos de igual manera o...- Quizás... Eso es, habrá que beber del agua y los animales lo hacen. Los humanos no. Solo la que sale de los grifos, por eso han cerrado las compuertas.
Mikel salió exhausto de bucear y corrió hacia la orilla.- No la encuentro.
- Eso es porque no has buscado bien. Vuelve a intentarlo.- apuntó con la pistola a otro pez y disparó.
- Pero que coño.- Dijo Sandra mirando hacia la cascada.- Una mujer y está en el agua.
- ¡HE, señora!- Gritó Carlos.- Que hace ahí, venga para aquí, sino quiere ser el próximo alimento de los peces.
La mujer miraba hacia abajo, Mikel se dio cuenta que era la misma mujer que había visto antes ¿ Como podía estar viva? No lo entendía. Se fue acercando a ellos y según iba saliendo del agua vieron que llevaba algo de la mano, era la cabeza de uno de los peces, lo levantó y le pegó un gran mordisco. La mujer levantó la cabeza y vieron como le faltaba prácticamente la parte izquierda de la cara.
_ ¡ Dios mio!- Dijo Natalia señalando su cara.- Es uno de ellos.
- No se acerque señora - Dijo Carlos.- No se acerque o le pego un tiro.
La mujer parecía no entender, se fue acercando primero lentamente y de pronto comenzó a correr hacia ellos. Carlos levantó la pistola y apretó el gatillo y nada,se oyó un leve clic, clic, y de repente la pistola junto con la mano de Carlos desaparecieron en la boca de la mujer. Carlos gritó y rápidamente levantó la recortada y disparó en la cabeza de la mujer y todos sus sesos se esparcieron.
Mikel aprovechó el momento para salir corriendo del agua.
- Hija de puta, mi mano, me la ha comido. Dios que dolor. Me desangro joder. Haga algo.- Dijo señalando a Natalia con la recortada.
- Deja de apuntarme y quizás pueda hacer algo.
Bajó el arma y apretó la mano cercenada con la axila.
Corrieron hacia la caravana.- Aquí no se si podré hacer algo, tiene que ir urgentemente a un hospital.
- No puedo.- Dijo Carlos.
- Espere.- Dijo Sandra.-Es lo que hacen en las películas.- Se acercó a la cocina encendió uno de los fuegos y le dijo.- Si quema el muñón dejará de sangrarle.
- Pero que dices niña.- Mientras decía eso se le iban cerrando los ojos y notaba que se iba a desmayar.
- Usted mismo, pero es lo que se me ocurre.
Se le calló de las manos la recortada y poco después no podía ya sostenerse de pie.- Hacerlo, rápido pero cuidado con lo que hacéis.
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