De regreso a casa.




… Es ahí, cuando de camino a Ilargi, me topé con la realidad.
Era de noche. Recuerdo la bóveda celeste sobre mí, la vía láctea me indicaba el camino de vuelta a casa y me decía que el regreso no es fácil, nunca es fácil. Los regresos son complicados. Tenemos miedo a volver y que nos vean como unos fracasados; tememos no saber cómo reaccionar cuando nos reconozcan, cuando todo nuestro pasado cruce ante nosotros y nos devuelva esos recuerdos; tememos no saber cómo enfrentarnos a nuestros miedos, a nuestros fracasos, a nuestro futuro.
Tememos mirar a la cara, a mostrarnos tal y como somos, a sentir que hemos perdido un tiempo que ya no volverá y nos aferramos a nuestro presente y queremos huir, escapar, desaparecer.
Pero es peor cuando vemos que nadie se acuerda de nosotros y que hemos pasado a ser un fantasma, un ser más, que no somos nadie, que no somos tan importantes como nos creíamos y deseas gritar que te devuelvan tu vida.
Me planté en medio del camino y la gente deambulaba junto a mí sin prestarme atención. Reconocí a muchos de ellos, a gente que me hubieran vuelto la cara o que me hubieran echado a patadas del pueblo.
Me sentí sola, me sentí triste, diminuta, una mota de polvo en el universo y me reí de mí, por creerme importante, tan importante como para que la gente me recordara.
Fue ahí cuando sentí por primer vez la ansiedad por irme del pueblo y morir enganchada a una jeringuilla en un agujero sucio y olvidado; fue entonces cuando supe que ya había muerto hacía mucho tiempo y decidí aguantar un poco más, no por mí, sino por ti, hermanito, hasta que mi muerte nos separe.

Clarisa se seca las lágrimas con la manga y el único lujo que se permite es abrir una cerveza y beberla a morro.
—A tu salud, Suma —dice estirando la mano con el botellín.
»Ahora, chavala, me vas a decir dónde se esconde el dueño de este botón —se lo da a oler y Suma ladra, parece querer decirle que se levante—. Hora de trabajar. Vamos allá…

Comentarios

Entradas populares de este blog

El mundo a mis pies.

Soy yo.

Las cloacas del mundo.