No te fíes de un extraño ( II )
La comunicación es esencial entre los seres humanos y necesaria entre los vivos.
Paseaba con mi perro, un doberman de cuatro años bien enseñado, le hablaba de lo que me había ocurrido en el trabajo, de como mi jefe me había dicho que me quedara una hora más y yo me negué, que él, mi perro fiel era primero, antes que el trabajo.
Las dos muchachas se encontraban en lo alto de la duna de arena al final de la playa saltando y parecían dar gracias al sol por haber nacido.
- Ves Perro ¿como hay gente que está peor que nosotros?- Perro me miraba ladeando la cabeza, como diciendo que eso no podía ser, que peor que yo no había nadie, pero que por otra parte todos los humanos están muy mal.
Perro salió corriendo y sin previo aviso se puso a saltar con ellas.
- ¡PERRO! - Le llame sin que me hiciera el mínimo caso.
Las dos muchachas dejaron de saltar y me miraban sorprendidas. Hasta que una de ellas se atrevió a preguntar.
- ¿Le llamas perro?
- Claro ¿Acaso no es un perro? Le dije sonriendo.
- y tú una persona y seguro que no te llamas así.
- Claro que me llamo persona.
Se miraron entre ellas y se preguntaban si les tomaba el pelo.
- Eso no puede ser, nos estas vacilando.
- No. Tú como me llamarías.
- ¿Yo? Sin conocerte, pues ¡Oiga!- Dijo divertida.
- Pues vale a partir de ahora me llamaré oiga.
Los tres nos echamos a reír y Perro saltaba de uno a otro sin saber muy bien que pasaba.
- Pili.- se presentó la chica que me había hablado.
- Julia.- Sonreía la otra.
- Oiga.- Me presenté.- ¿os puedo hacer una pregunta? Por quë saltáis tan divertidas.
Las dos se miraron y comenzaron a reír.- Jajaja, es por esto mismo, si haces algo que esta fuera de lo convencional entablas conversación enseguida. Como tú acabas de hacerlo.
Reímos durante un rato los tres mientras perro seguía saltando.
Pili y yo enseguida enfatizamos y no parábamos de hablar, Julia por otra parte no hablaba demasiado y al no hacerla mucho caso enseguida se cansó del asunto y le propuso a su amiga irse a casa.
Pili le dijo que esta vez no, que esta vez estaba a gusto conmigo y que no se iría, que si ella lo prefería que lo hiciese. Esta se marchó enfadada.
La conversación continuó divertida y el paseo por la playa un éxito, perro por ora parte ayudaba. El día pasó rápido y la noche... Buen la noche quise que no acabara nunca.
Le acompañé a su casa y cuando quise besarla para despedirme, hizo la cobra, al preguntarle por su actitud no me respondió. Fui hacia el coche y me quedé un rato pensando en ello cuando miré hacia su casa y vi que Julia le recibía con un beso. Se abrazaron y entraron. Pili miró hacia mi un tanto preocupada.
Tiempo después una casualidad hizo que me encontrara con ellas. Me encontraba en el cine, había decidido ir a ver una película y ahí estaban dos filas más adelante, al principio no las reconocí, pero me llamó la atención cuando Julia se giró hacia Pili y la besó en las boca, entonces pude ver que eran ellas, hubiese jurado que Julia sabía de mi presencia en el cine y que sabía que las estaba observando. Al salir me hice el encontradizo, Pili al verme se alegró y nos abrazamos, pero a Julia no pareció gustarle, encontró una excusa tonta para llevársela de mi lado.
Dos días después en el mercado me tropecé con Julia. Se acercó a mi y me dijo al oído.
- ¿Me estas siguiendo?
- Porque dices eso.
- Creo que te gusto y como te has tirado a mi novia piensas que puedes hacer lo mismo conmigo.
No supe reaccionar, no esperaba algo así y me pilló de improviso, ella me miraba con cara de niña mala, pasó de una sonrisa a una carcajada.
- Jajaja. Es broma hombre. Pili ha salido de la ciudad, tenía asuntos que resolver con su familia. Mira, que te parece si te vienes a casa, te invito.
En ese momento me pareció buena idea, aunque he de reconocer que según íbamos dirección a su casa debí haberme dado la vuelta, sabía que la cosa no pintaba muy bien.
- Me voy a poner cómoda ¿Vale?- Dijo Julia una vez en su casa y mientras me ponía cómodo en el sofá.
Salió con un pantalón tan corto que apenas dejaba algo para la imaginación y una blusa que enseñaba más que ocultaba y tras la cena y una buena charla la cosa se animó, un par de copas y una mirada bastaron para que me lanzara y la besara. Estaba tan enfrascado en el cuerpo de Julia que no lo vi llegar. Primero me apartó de una patada y caí al suelo y entonces la vi era Pili.
- Que coño hacéis.
- ¡El muy Cabrón se ha querido pasar!- Gritaba Julia.
- Pero que dices.- No podía dar crédito a lo que estaba ocurriendo. Le había tendido una trampa.
Me echaron a patadas de su casa amenazando con llamar a la policía. Huí del lugar por miedo a que me acusaran de algo que no había hecho.
De pronto me di cuenta que me faltaba la cartera, no tuve más remedio que volver a buscarlas y es ahí cuando "Oiga" deja de existir y fue en su auxilio "persona". Hice lo que mejor se hacer, entrar en casas ajenas y para eso fuí a buscar a perro. Miré a través de las ventanas y estudié el vecindario y la verdad es que era fácil. Pocos vecinos y siendo una ciudad dormitorio, sin problemas de gente paseando.
Nadie dijo nada y nadie denunció cuando una Persona entró y desvalijó una vivienda mientras las dueñas eran vigiladas por un Perro.
Comentarios
Publicar un comentario