Eterna.



Soy un ser que errante camino en la noche, atrapada en los recuerdos de un antiguo mal que junto a la mortecina luz de la luna se perdió y sólo la recupero en esos nebulosos sueños antes del amanecer.
Libré mil batallas y en ninguna pude vislumbrar imagen alguna que me hablara de él. Ahora, amarrada a esta soledad que me arrastra entre las sombras que parecen emitir el llanto de esta eterna soledad.
Aletean cual mariposas, en un vuelo irregular, como irregular es mi sentimiento, pero sin descanso en esta muerte eterna que acaricia el néctar de una antigua esencia.
He muerto mil veces, he resucitado otras mil y en ninguna lo vi, pero no desistiré y si hiciera falta las luces del firmamento prenderé para poder encontrarlo.
Caminaré entre vías de blanquecina luz y obscuros agujeros, derramaré luz sobre ellos si hiciera falta, pues aún llevo el recuerdo de una mano tan delicada como fuerte y sabia.
El camino se me hace largo y en ocasiones confundí esperanza con muerte, pero no dejaré que mis ojos derramen lágrimas, no dejaré que débil me vea, ni que los suspiros me envuelvan.
Acaricié cada beso que me dio, me bebí cada lágrima que derramó.
Guardé la imagen en mi retina y cuando la tristeza me embarga los cierro para poderle recordar.
Tengo en mi corazón guardado el tacto de unas manos, el olor que extraje de su pelo y aún guardo el dulce recuerdo de unos labios cuando un corazón dibujaron en mi espalda.
Con el aliento que su boca exhaló, en ese último adiós, respiro, sin él ya no existiría.
En su piel me lleva anclada y me amarró fuerte a su lado, bebió la esencia de mi ser y en una jaula de fino oro blanco encerró hasta el último hálito de mí.
Eterna me hice, eterna como una lágrima, eterna como un latido, eterna como las letras de un poema en la boca del enamorado. Larga es la distancia y el tiempo que me va degradando a cada momento hasta verme desaparecer.
Ahora busco sedienta el néctar de una sangre nueva que me haga vivir un día más entre las eternas sombras de la muerte.
Vivo en muerte, sí, porque ya he muerto en vida.

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