Contemplo el alba




Contemplo el alba que cambia a cada instante; oscila entre el rojo y un verde intenso. Caminamos juntos, codo con codo, escudo con escudo la espada reluce cuando el sol la baña. Seremos eternos, pues tras nuestra muerte se hablará de nosotros.
Hay miedo en nuestra mirada, ella nos observa de frente. El infierno nos reclama, el cielo nos da la espalda.
La sangre tiñe nuestros cuerpos, los gritos nos ahogan, la muerte mira sonriente. Hombres y bestias se confunden.
Los que viven lloran a sus muertos, los que mueren no saben porque lo han hecho y tras la batalla, cuando otra ocupa su lugar, es el olvido el que mora entre los vivos.
Vuelvo a contemplar el alba; es el mismo cielo, pero no los mismos muertos.
Asaltando mundos sin piedad, coloreando amaneceres, cada noche siento su presencia y cada mañana muero con su ausencia.
Los sueños nublan mis pensamientos, las ánimas me visitan cada mañana; son como hojas que con la brisa vuelan hasta mi cama.
Despierto y los muertos repiten mi nombre, contando la historia no escrita, la que esconden y no cuentan los trobadores.
Dejan su huella en esta tierra, los que viven y mueren por ella, pero nadie cuenta que la muerte es roja, está lena de odio y de mentiras escritas llega; dejando marcas en la piel de los que quedan.

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