Un nuevo renacer.
Fueron días de gloria, cuando la vida asomaba a cada paso. Ahora siento el frío tacto del paso del tiempo en mis arrugados dedos, ajando mi alma, sacudiédome por dentro.
Me contaron mil historias, de las edades del hombre, en las que aún se guiaban por las estrellas y en los amaneceres despertaban sin sueño, ahora el mundo se derrumba a cada paso que dan.
Yo, que he sobrevivido en el tiempo, que renazco cada noche. Me estremezco con el rumbo que llevan los humanos. La hierba sigue creciendo y las arañas tejen sin cesar, pero el murmullo del río ha cesado y las nubes surcan el cielo erráticas en un intento de sobrevivir. He oído a las cigarras cantar en invierno y las mariposas nocturnas ya no dejan la luna a su izquierda.
La tierra sigue girando, la luna aún nos acompaña y el sol no se ha apagado, pero la tierra se agrieta y los ríos se secan.
Yo, que sucumbí al sueño, que decidí que este mundo merecía su oportunidad. He visto estrellas moribundas que aún daban calor a sus planetas; he visitado el inframundo donde las ánimas atormentadas se dan calor unas a otras.
Es hora de despertar, es hora de alimentarme de esos corruptos cuerpos hambrientos de la miseria humana. Es hora de roer esas almas sedientas de avaricia, de esos cuerpos decadentes y sin corazón. Es hora de darle otra oportunidad a este planeta.
Yo, saludaré a este nuevo renacer, a este nuevo día, en este planeta donde el sol ya no abriga, en esta noche de luna sangrante. Mi alma reinará en este nuevo mundo que hoy renace.
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