Animales nocturnos

  " Gato", así es como le llamaban, se colaba en los portales diciendo que era el cartero comercial, subía hasta el ultimo piso y accedía al tejado o como en esta ocasión a la terraza, y allí esperaba o en ocasiones pasaba a otra terraza cercana, le encantaba la libertad que daban las zonas altas de los edificios y el anonimato de la noche. La oscuridad era su aliado, vestía con ropa cómoda y zapatillas deportivas para poder saltar o correr si la ocasión lo requería, desde el tejado observaba las casas limítrofes y decidía a que casa acceder para robar. Esa noche había visto una que parecía a simple vista fácil, un ático, la claraboya estaba abierta, hacia calor para ser octubre, el viento sur era suave y seco. Gato era un tipo delgado, ágil y muy fibroso. Miró al interior y vio que no había nadie durmiendo, se agachó y saltó sigilosamente al interior, durante unos segundos se mantuvo en silencio intentando escuchar, no se oía nada así que sacó su linterna y estudió la habitación. Una cama en el lado derecho con su mesilla, abrió los cajones,pero nada, no había nada, el armario se alzaba al fondo pegado a la puerta, lo abrió y lo mismo.
- Creo que he dado con la habitación de invitados.- Pensó.
Decidió echar un vistazo por la casa. La puerta estaba bien encajada y al principio le costó abrir , dio un tirón y lo primero que notó fue ese fuerte olor a podredumbre y a muerte.
- Joder, aquí me parece que no vive nadie.- Continuó andando ya más tranquilo y al abrir una puerta lo que vio fue un escenario dantesco, sangre por todas partes, muebles destrozados. Se atrevió a seguir y al llegar al water vio algo que no olvidaría lo que le quedaba de vida, un hombre que esgrimía un cuchillo de grandes dimensiones con el cual amenazaba a la mujer desnuda acurrucada en una esquina que al ver llegar a gato gritó pidiendo ayuda, gato reaccionó rápido al ver que el hombre se abalanzaba con el cuchillo para matarla, se tiró sobre él y le arrebató el cuchillo y el hombre gritó.
- ¡Zorra! Has llamado a otro. Vete chaval. Gritó el hombre.
El hombre saltó sobre Gato y lo derribó.
- a que has venido chaval ¿A robar? Pues ya ves, te has encontrado en medio de un pastel que no querías, ahora estas implicado, quieras o no.
Ató a Gato y lo arrastró hasta la mujer. En ese momento se escuchó algo en la puerta, estaban llamando.
- Quietecitos aquí y sin hacer ruido.- Amenazó con el cuchillo.
Llegó hasta la puerta y observó a través de la mirilla, dos policías, que hacían aquí, no importaba debía actuar con cautela.
- Buenas noches, que desean.- les hablaba sin abrir del todo la puerta.
- Nos abre por favor. Nos han llamado que han oído una fuerte discusión y nos gustaría , si nos deja, ver si es cierto.
- Por supuesto.- Abrió la puerta después de quitar la cadena.- Pasen por favor, estoy yo solo.
Los policías pasaron sin fiarse demasiado de él
Gato intentaba soltarse de sus ataduras.
- Pero tu no estas atada.- Le decía a la mujer.- Suéltame y Escaparemos los dos.
La mujer le miraba extrañada como si no entendiera.
- Que te pasa, suéltame ¿No me entiendes? - Le enseñaba la atadura para que le soltara.
La mujer movió negativamente la cabeza.
- ¡JODER! ¿Porque? de donde ha salido tanta sangre de la habitación de al lado, ni tú ni él estáis sangrando.
- Esta loco. Ayuda me por favor.
- ¿Quieres que te ayude? Pues suéltame.
- Estoy seguro que si lo hago te iras y me dejaras aquí sola.
- No, pero si no lo haces no podre ayudarte.
La mujer se disponía a levantarse para desatarle cuando se abrió la puerta.
- Pero esto que es.- Dijo uno de los policías cuando un cuchillos se hundía cortándole la columna y hundiéndose en su espalda, intentó sacar su arma y mientras se giraba vio que su compañero estaba encima de un charco de sangre y antes de que sacara su arma estaba muerto.
- Ves lo que has conseguido.- Arrastró a los dos policías hasta la bañera y los metió dentro cogiendo sus armas.- todo esto me está superando, no quería que esto pasara, pero no puedo dejarte ir y ahora tampoco a ti.- Señaló con el cuchillo a Gato.- Bien, tengo que pensar, la policía no tardará en llegar, cuando echen en falta a estos dos. Primero vístete tú.- Dijo señalando a la mujer, esta obedeció.-Dime, como has entrado. La puerta no estaba forzada ¡La terraza! Eso es. Jajaja, muy listo. Venga.- Ayudó a levantarse a la mujer. Gato se levantó solo. Se dirigieron hacia la habitación por donde había entrado minutos antes.
- Bien, primero subirá ella y tú estarás quietecito.- le puso el cuchillo en el cuello y apuntó con una de sus armas a la mujer.- Venga ayudale tú.- Gato ayudó a la mujer, cuando estuvo arriba hizo que gato se apartara.- No se te ocurra escapar, si lo haces seguramente te estará esperando la pasma en la calle y no te lo aconsejo, explícales que hacías tú dentro y que no has matado a esos dos.- Hizo lo mismo con la mujer amenazándole con el arma y subió él.- Ahora sube tú.
Una vez arriba se dirigieron a la salida del otro portal, antes miraron hacia la calle y vieron que policía estaba llegando al lugar.
- ¡Mierda! - Dijo enfadado.- No podemos bajar ahora ahí.
- porque lo haces.- Se atrevió a decir Gato.
- ¿Como dices? ¿No tienes ni puta idea verdad? No sabes porque estas aquí.
Gato miraba sin comprender lo que le estaba diciendo. - "Este hombre no está nada bien".- Pensó. Miró a la mujer y vio que le apartaba la vista, como si se avergonzara.
- Vaya, cada vez lo haces mejor eh.- Dijo mirando a la mujer.- te felicito. Tío lo siento te has visto envuelto en esta mierda sin tener ni puta idea, pero ya no tiene vuelta atrás.
- De que estas hablando.
- Es peligroso, así que no me queda más remedio que acabar con esto.- le apuntó con el revolver poniéndosela en la cabeza, entre los ojos, tiró del martillo percutor hasta que lo engarzó, pero Gato era muy rápido y ágil, giró sus pies hacia la izquierda y con el antebrazo apartó la mano mientras agarraba el revolver y con la otra mano asió su mano en volviéndosela al mismo tiempo que pivotaba hacia el lado contrario haciéndole caer al suelo con la luxación y arrebatándole el arma.
- Bien, me has subestimado, no apuntes con un arma nunca de tan cerca. Ahora vas a levantarte despacio y vas a dejar el otro revolver y el cuchillo a un lado.
- No sabes lo que haces.- Apartó las armas y antes de que Gato se pudiera hacer nada la mujer cogió el cuchillo saltó sobre el hombre cortándole la yugular, la sangre salió como un géiser, empapándola de sangre, se sentó encima de él y lo acuchilló en el pecho hasta que Gato la agarró derribándola.
- Ya está.- La mujer parecía fuera de si e intentaba acuchillar y morder a Gato, pero este se lo impidió sujetándola e inmovilizándola.- Ya está muerto, tranquilizante.- La mujer se fue calmando.- ¿Ya esta?
- Si de verdad, suéltame me haces daño.
- ¿Si lo hago estarás bien? Tenemos que desaparecer de aquí, la pasma llegará en cualquier momento. Yo se como escapar, si te tranquilidad nos iremos.
- Si, de verdad, suéltame.
Gato se levantó y ayudó a levantarse a la mujer.
- Bien, sígueme. Corrieron por la terraza y saltaron a la siguiente casa, bajaron por una cañería y saltaron a un tejado y allí forzaron la puerta que daba al portal y desaparecieron.

La policía derribó la puerta del ático, y lo que vieron jamás lo olvidarían. Los dos policías muertos era lo más suave. En el salón se encontraban restos de cuerpos descuartizados alrededor de algo que parecían símbolos satánicos, la sangre pintaba las paredes del salón, en tres arcones se encontraban congelados varios cuerpos de niños y en la cocina parecían haber cocinado cuerpos de personas.
Cuando subieron a la terraza vieron a un hombre muerto al que le faltaban las huellas dactilares y el ADN no coincidía con ningún asesino, no pudieron identificarlo. Lo llevaron al deposito de cadáveres y no pudieron explicar su desaparición.

- Ya estamos a salvo.- Dijo Gato a la mujer cuando llegaron a la casa de este.- ¿Quien era ese zumbado? ¿Por que quería matarte?
- ¿Por que me has ayudado?
- Cualquiera lo hubiera hecho. Como te llamas, yo Roberto, pero todo el mundo me conoce como Gato ¿Y tú?
- Yo tengo muchos nombres, y el hombre al que me has ayudado a matar es el único que podía haber evitado tú muerte y el de esta ciudad.
- ¿ Como...- A Gato no le dio tiempo a reaccionar y antes de que supiera siquiera que ocurría la mujer saltó sobre él y acabó con su vida mordiéndole en el cuello.

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