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Mostrando entradas de 2017

Un hombre peligroso

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La tormenta pasaba y en el cielo se dibujaban las estrellas, la vía láctea estaba preciosa y más ahora que el cielo estaba limpio. Dio unos pequeños pasos y notó el agua bajo sus pies, tenía ganas de sentir el frío suelo, se descalzó y sonrió al notar el agua. Abrió sus brazos y dio gracias al cielo por estar vivo. Giró como una peonza y saltó sobre el charco. Dicen que si miras a la muerte de cerca ves pasar tu vida por delante de los ojos, pero yo no la vi y eso puede querer decir dos cosas, o que no he vivido o que mi muerte no estaba cerca. El accidente fue brutal y gracias a dios no me han quedado secuelas. Nada tenía antes y nada tengo ahora, tan solo me queda vivir y eso pienso hacer. Una margarita florecía entre las grietas del suelo y a su derecha un abeto se esforzaba por sobrevivir, escuchó entonces lo que parecía una maquina y vio como una excavadora se acercaba para arrancar la vida al árbol. Miró a su alrededor y solo entonces se dio cuenta que era el único ár

Un libro, mi maginación y una historia de ¿amor?

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He paseado miles de veces por la parte vieja de mi ciudad, y hoy es el día que me parece descubrir cosas nuevas a cada paso que doy. La mañana estaba gris, pero no parecía que fuera a llover. Cada tienda tenía un sabor especial, un olor único. Conocía cada rincón, pero siempre veía algo nuevo y cada comercio me transportaba a un momento y un destino distinto, ya conocéis mi imaginación en ocasiones me juega malas pasadas. Pero aquél día algo me llamó la atención. Era un pequeño comercio, una tienda muy antigua, la había visto en infinidad de ocasiones, pero nunca me había parado en su escaparate. Parecía una librería muy antigua, suelo de madera y las paredes parecían no haberse pintado en mucho tiempo, eso si, parecía muy limpia. La puerta, también de madera, con el centro de cristal y el escaparate no muy grande, en el reposaban varios libros de aspecto muy viejos y otros utensilios que te hacían ver que no se trataba exactamente de una librería , sino que era algo así como u

El mundo entero en paz

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  Adormecido tras la madrugada, se sentó para ver amanecer, cubierto por un velo de sueños, en las escaleras de la vieja cabaña se encontraba. Los primeros rayos de un perezoso sol asoman tras las hojas de los milenarios robles que tapizan el bosque, parecen bostezar cuando el cálido aire del sur mece sus ramas, pronto caerán las hojas y se cubrirá todo con un manto rojo. Taniyama Akishige llevaba mucho tiempo viviendo en ese bosque, pero esa mañana se había levantado con la sensación de que había algo distinto en el ambiente. - Algo ha cambiado. - Dijo al viento. Cerró sus ojos y abrió su mente e intentó percibir cualquier cosa que le llegase. Se levantó y entró en la casa, hacía mucho tiempo, desde que decidió vivir en soledad, que no se había vuelto a poner su traje para el combate el "Omole Manji" Cogió su "shakuyo" un bastón largo con anillas metálicas en la punta de lanza y el "nyoi " un bastón corto hecho de raíz. Volvió a salir y e

Recuerdos

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    Llegó el momento que hasta el aleteo de una mosca le molestaba. Con el cajón del tocador improvisó un asiento, una nueva mierda había llegado a la ciudad y Roy la estaba vendiendo, decían que si te la metías veías cosas, no sabía que cosas y había decidido probarla.   Miraba hacia la calle que hacía 20 años le viera nacer y fue exactamente así, su madre dio a luz en plena calle, entre niños jugando a la comba y cubos de basura y gracias a un policía, que no se encontraba de servicio en ese momento, podía contarlo ahora, su madre moriría en ese parto, su padre un conocido alcohólico moriría cinco años después a manos de un tendero, con una recortada y un mal día, cuando huía de robar en su tienda. Poco después se lo llevarían los asuntos sociales a una casa de acogida, después pasaría a otra y luego a otra y así hasta que se hizo mayor de edad y comenzó a hacer trabajillos, así es como los llamaba Roy el camello de la avenida. En eso estaba ahora un trabajillo sencillo le

Morir en la batalla

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  Muchos infiernos se alzaron desde entonces, soportando inviernos y clamando al cielo porque todo acabara. Sobre la basta alfombra de hierva, tumbada sobre lo que sería su tumba, la mujer guerrera miraba al firmamento ahora alumbrando en su máximo esplendor, estrellas y luna en perfecta comunión, aún en esa distancia, Crewe sentía el frío de su cuerpo - Muchas batallas libradas ¿Para que? La principal no pudo ganar. Bajó de su caballo y quiso acompañarla hasta que su cuerpo se apagara del todo. Agarró su espada y se la colocó sobre su pecho, enfundado por el mejor de los cueros, como si de una cruz se tratara puso sus manos sobre la empuñadura. - Es el final amigo.- Evelyn ya no disponía de fuerzas para girar la cabeza y mirar a Crewe - ¿El final? No amiga, esto es solo el comienzo, al otro lado te esperaran nuevas batallas que librar, espérame. - ¿Tengo miedo Crewe, por primera vez en mi vida siento pánico. - Hasta el más recio soldado siente miedo cuando llega

De repente un(a) (h)ola

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De repente se abrió las ventana y todas las hojas de los arboles entraron en la habitación, si algo había tras su casa eran árboles, de todos lo tamaños y condición, Mario no conocía sus nombres ni le importaba, lo único que verdaderamente  le gustaba era ese vaivén de sus ramas balanceándose con el viento, se podía pasar horas mirando embobado como se mecían  siguiendo un ritmo, parecían conversar entre ellos, pero ahora mismo odiaba a esos arboles, sus malditas hojas secas se habían colado en su casa.  Comenzó recogiendo las que habían metido en el pasillo, cerró la puerta de su habitación y algo llamó su atención. Algo brillante relucía en el fondo del armario, si algo era Mario era ordenado y no recordaba haber dejado nada allí, seguro que algo se había colado junto con las hojas. Fue a ver de que se trataba, un pendiente.- Que diablos hace aquí un pendiente de mujer, durante unos segundos se quedó embobado mirando su lado brillante,parecía bueno -¿Diamante quizá? - No l

La ruta de Ealar Catach (Cyriam Mèin) - II

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Cuentan que dos jóvenes amantes en su amado hogar felices vivían y hasta la luna envidia les tenía. —Y con mi piel un lienzo haré, para que mis poemas leas—.le cantaba Dior Boiseid a su fiel esposo Cyaram Mèin. —Y De colores de tu cuerpo acuarela sacaré y con mil trazos de amor te amaré. Allí en su jardín, frente al mar, amor eterno se juraron y con sangre lo sellaron.  El soldado y su amada tranquilos vivían y sin oro ni fortuna eran felices y ahí morirían. —Sobre tu alma un cuadro pintaré y mi amor así plasmaré —cantaba la bella dama. Una anillo se forjaron y en él sus nombres grabaron. En su casa de madera junto al río vivían, con su perro y su caballo fiel amigo de mil y un batallas y ahora descansando. Se amaban con tanta pasión que el Dios del mar sus olas les regaló. En los tranquilos acantilados los dos vivían enamorados. El viento acariciaba sus caras y entre besos y risas la vida pasaba. Un día cuando el sol mas lucia, una nube la cubrió. —Un mal presagio veo

La ruta de Ealar Catach (Cyriam Mèin) - I

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En la noches frías el camino del guerrero es más duro, más el recuerdo de tu dama te reconforta y te hace seguir. Hace ya muchas lunas que deje atrás a mi dulce esposa y mi hogar, el tiempo se vuelve lento cuando esperas y en las noches tan solo su amor alumbra mi camino. Su recuerdo es un tierno crepitar en mi cabeza y mi corazón se alegra y al ritmo de ese fuego palpita. Su imagen se hace clara en las oscuras sombras, más ella se marchita, el tiempo apremia y si no encuentro una cura para ese mal que en sus entrañas lleva, nunca perdonármelo podre y con ella moriré. Te esperaré en silencio para que no se note que me haces falta, te esperaré entre los sueños y el alba, te esperaré no lo dudes, te esperaré donde las sombras se confunden con la luna.  En las oscuras cavernas de Ealar Catach se encuentra tal antídoto. Mas un antiguo mal habita en ellas, y para poder coger las hiervas que necesito, primero hay que acabar con ese ser maldito. Cyaram Mèin decidió esperar a

Obsesión

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El anochecer era como un tapiz de vivos colores, Nicolás miraba la ciudad que le recordaba a ella, bueno en realidad todas las ciudades tenían algo de Cristina, cada rincón y bajo la luz de la noche era un viaje al pasado, viviendo más que recordando cada palabra, cada acento de su voz, cada mirada, cada caricia en su cara. Dibujando estrellas se conocieron y amarrando a la luna para besarse cada noche y así se despidieron. No pudo olvidarla y en cada esquina la busca y en cada rincón la encuentra. Se despidió con un hasta pronto y nunca volvió, sin un lo siento, sin un porqué, sin un nos volveremos a ver. Llamadas sin respuesta, esperas eternas, búsquedas en internet y nada, ni una señal que le indicara donde se esconde y tras siete años así se encuentra. - Ya no buscaré más, he decidido vivir, he decidido volver a amar. Este es el último rincón donde buscaré y si no hay señal será un adiós definitivo. Espero una llamada que me diga algo.- Piensa Nicolás. Suena la pu

Un ferrari, un beso y una historia de amor.

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Sentada en la habitación a oscuras, como única luz las líneas esparcidas por la habitación que pasaban a través de la persiana y a través de ellas miraba la calle desierta a estas horas de la madrugada. Sus pensamientos recorrían las avenidas y trazaban un mapa de recuerdos tras los grandes ventanales. Le gustaba estar ausente, perderse por las viejas calles, huir tras las sombras, correr por los callejones soñando que era otra persona. Cambiar de piel y que no la reconozcan, saltar al vacío en cualquier esquina, mudar el cuerpo pero no de mente, sentir la libertad que nos da la imaginación. Imaginaba vidas nuevas, aventuras salvajes donde no había límites ni al cuerpo ni a la mente, amores secretos, amores de barra, amores pasionales, clandestinos y divinos. Cada noche se reinventaba así misma y a sus locuras, que le hacían olvidarse de su monótona y aburrida vida y tras varias horas de intensa agitación se quedaba dormida y soñaba que no era un sueño y que  al despertar un s

La muerte enamorada

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Sentada sobre la fina arena y el mar rociando su pelo, el sol se despediría hasta mañana en tan solo una hora, la luna parecía eternizarse en su aparición. Las gaviotas aprovechando las cálidas rachas de aire se dejaban llevar y parecían jugar con el viento. Las olas golpeaban suavemente contra la orilla saludando a la bella dama. Recordaba su sonrisa entre las penumbras del atardecer, en las escaleras del viejo kiosco se besaron por Primera vez, sonando las antiguas baladas y las letras que hablaban de amor no se despegaban de ella, quien puede resistirse a bailar. Apoyando la cabeza sobre su pecho intentaba escuchar el ritmo de su corazón, algo falló y no podría volverlo a oír. Entre recovecos se escondían y bajo la luz de las luciérnagas le declaró su amor. Él le prometió amaneceres y tras el último latido ya no hubo ninguno más. En estas noches en que la calma es total oía el eco de su voz hablándola, diciendo lo grande que era su amor. Dulces sonatas de primavera,

RECUERDA

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Volver a recorrer los senderos que le llevaron hasta aquí, recordaba aquél atardecer en que no había más prisa que la de pasar el día con los amigos. Atravesaban el monte con sus bicicletas, una larga pendiente iba desde el faro hasta el salto de agua, el día se había tornado gris, pero no parecía que fuera a llover y la humedad junto con el calor era bastante insoportable, pero cuando eres joven no te importa demasiado y lo aguantas todo o casi todo. Pero para lo que no estaban preparados era para lo que sucedería ese día. Iker recordaba. "Iñigo y yo  bajábamos a gran velocidad y su rueda delantera se enganchó a algo frenando de golpe, su cuerpo siguió y fue a parar a unas zarzas. Iñigo era un chico delicado, llevaba unas gafas de pasta, con unas lentes de gran aumento, atadas con una cuerda alrededor del cuello para no perderlas, su madre le tenía muy controlado y la verdad es que si hubiera sabido que venía conmigo no le hubiera dejado, no es que fuera una mala infl

Soltando lastre

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Hay muchas miradas que cambiar, hambrientas de amistad,  miradas de soledad. Yo quiero miradas de aquí estoy, no te fallaré  Hay siempre heridas que curar, sin cicatrizar  Mientras haya gente que conocer, que se oculta detrás de una sonrisa, detrás de una mirada  Siempre habrá silencios que callar, sonidos que inundan nuestros corazones, gritan sin oírlos  Ese fuego que arde por dentro, nos quema. Vacíos en nuestra alma y nostalgias que nos sacan suspiros  Quiero mirar las estrellas, sonreír al sol, sentir la brisa del tiempo y vivir bajo el cielo sin taparlo con las manos  No quiero poner murallas en mis sueños, ni cerrar las puertas del destino sin antes dejar que mi alma brille y anunciar el camino para que tú me sigas Quiero ser fuego en tu corazón y no agua, ser lluvia y no lágrimas  Surjo de la nada rompiendo cadenas, naciendo estrella, muriendo sol  Porque no hay heridas que sean montañas, no hay finales sin un nuevo comienzo, no hay comienzos que no lleven consig

Palabras

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Hay palabras que sanan, palabras que arañan, palabras que dictan, palabras que dañan. Que atormentan el alma, que hieren tu sonrisa, que te matan. Palabras que huelen a mañanas, a dulces pétalos de rosas, a rocios del alba. Palabras que trae el viento y la soledad acompaña. Palabras que expuesta dejan tu alma. Que te aislan y te acompañan. Palabras que cantan dulces baladas, que te encogen y te estiran, que te levantan cada mañana. Palabras que nunca se dirán y que jamás se debieron pronunciar. Palabras escritas y palabras malditas. Somos palabras y valemos lo que vale nuestra palabra.

Noches de suspiros

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Aquí se sentaron desnudos de versos, aquí entre las sombras, entre penumbras y deseo, caricias y recuerdos, sueños llenos de misterio, de almas entregadas al sueño mezclando fantasía y realidad, sueño y sueños, misterios entre el sol y la luna, de mar y tierra. Cubriendo la noche de suspiros, rozando almas a sus pasos, acariciando horizontes, paseando bajo la luna. Abriendo caminos. En sus corazones lágrimas acudieron, amaneciendo desnudos bajo el manto plateado, almas que enredadas en un nudo de corazones se albergaban. Y un tango ellos así bailaron.

El guerrero enamorado.

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Yo, que he surcado mares, montañas, valles, laguna, ríos y ciénagas. He recorrido el mundo sin temor a la muerte, he visitado el inframundo, me he drogado hasta casi perecer, he visitado y asistido a moribundos y a recién nacidos, he bailado con la muerte, me enfrente a bandidos, guerrilleros y militares, conozco todo lo que hay que conocer de este mundo y del otro y he aprendido que si quieres ser libre nada tiene que influirte, nada tiene que llenar tu corazón, vacía tu mente y que fluya, que tu alma vuele lejos, que vuele alto, que ni el tiempo ni la distancia te detenga, que las alas de tu libertad no rocen tus recuerdos, sigue adelante. Conviértete en un sueño, siente esa libertad, roza el cielo, se como el viento, ligero como una nube, fuerte como una tormenta, penetrante como la lluvia, rápido como un rayo, deslumbrante como el relámpago y fugaz como el arco iris. Llegarás lejos, Volarás alto, aunque ten cuidado, si no quieres caer, sigue soñando. Que nada te detenga,

YO

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Hay amaneceres en mis ojos, iluminado mi destino, recorriendo mundos, senderos que cruzar, caminos que nunca visitaré y algunos que ni conoceré. Soy de hoy, nunca amanecí queriendo saber que será del ayer, que me perdí o que vendrá después, soy de hoy y hoy moriré, hoy amanece en mis ojos y hoy mi destino seguiré. Cuando la tormenta asola la vereda, me paro y escucho a mi corazón, el dicta, el decide, el sabe el camino, sin pausa me enseña y repite los ecos del ayer, ecos que se apagan pisando en el barro, andando en el asfalto. No impongo finales, se girar en ambos sentidos, no importa adonde dirijo mis pasos, si hay que cambiar se hace.                   Todo hombre, todo ser necesita de abrazos, abrazos que agarren el alma, no era frío lo que sentía, era soledad la que mi alma albergaba.   Se abrir puertas y entrar en tus sueños, déjame vivir en ellos. Después de tantos abriles, después de tantos amaneceres en mis ojos, hoy sigo siendo yo, hoy quise ser yo, hoy querré

Tiempo de decisiones ( II )

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Comenzaba el invierno, era un invierno duro, se había instalado un frío polar intenso, una ola de frío que duraba ya una semana. El viento, la lluvia y el frío, estaban haciendo mella en la gente, los bares como único refugio y yo me encontraba entre el invierno climatológico y el invierno en mi corazón. La gente en el bar seguramente se preguntaba que qué hacía ese zumbado en la calle con la que estaba cayendo, pero puedo asegurar que En ese momento no sentía nada, el frío dentro de mi era mayor que el exterior. Miraba hacia dentro sin ver. Un niño que estaba en los brazos de su padre me señalaba y preguntaba algo. El padre le bajaba la mano y le reprochaba que me señalase, yo tan solo pensaba en Asun, ni siquiera se despidió de mi, me dejó sin previo aviso. Me encontraba en ese trance cuando un camión me despertó de golpe. Pasó a toda velocidad pisando un charco helado, empapándome de arriba a abajo. - ¡Será hijo de puta! - El camión siguió su marcha sin percatarse, y

Ella vino a verme

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 En el horizonte se dibuja su silueta, acariciando el viento con su pelo, surcando con su mirada el firmamento. Lienzo en blanco y negro con pinceladas de vivos colores sobre el cielo, siendo ese enigma que aún siento en el viento que levo dentro. En esa noche de verano cuando las aguas en calma estaban... Cuando la luna lucía como si de un sol se tratara... Sol de media noche le llamaba y en su cara se reflejaba dulce marea... Arañando la noche me encuentro mirándola... No quiero ni puedo dejar de observarla... Quisiera que por un momento su dulce cara me sonriera... Y por un segundo, un leve instante de mi existencia supiera... Como llamar la atención de tan bella sirena y no perder ese mágico instante... Como romper la serenidad del océano y que el firmamento no se enfade. En ese preciso momento el universo conspiró y a mi llamada un regalo me otorgó... Como dos luceros sus ojos me miraron y con los mios se encontraron... El alma de mi cuerpo escapó y errando encue

Un amor de otro mundo

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Con las ventanas abiertas a un susurro de tu voz, entre primaveras ando perdido en aromas de madreselva florezco. Con el perfume del silencio me pierdo, con la luz de las noches en calma, florecen las risas de tus atardeceres. Y en mis rincones flores de papel para que en un sueño no se marchiten los pensamientos, abrazados tú y yo, quiero bailar lento, quiero bailar suave, sintiendo los latidos de nuestros corazones embriagados del aroma de nuestro amor. Refugiarme en tu pecho es mi deseo. Un solo latido. Hoy soñaré con las letras que guardo, de mis poemas llevo un libro que en tu piel llevas tatuado, con una historia que aún no has escrito. Te ayudaré a caminar sobre mis sueños, te enseñaré a volar sobre mis pensamientos. Recuerdo aquel atardecer que en mis noches en vela aun florecen entre mis sentimientos. Susurro al alba, grito a la mañana y escribo sobre mi piel mis pensamientos, te recuerdo acostada sobre la almohada de hojarasca, frente a nuestra playa, muros de est

Retazos ( II)

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  Fuerte como un doble latido fue un sueño viviendo lento, atrapando cada momento, surcando el mar con su elegancia, recuerdo el Viento en mi pelo cuando el mar, el barco, el aire y yo eramos uno, sintiendo esas caricias del viento en el océano, rozando y alcanzando el cielo con los labios para así saciar mi sed de aventuras. Naufragando en sus manos me encontré sin remedio en ella me perdí, recorriendo el mapa de su cuerpo, siendo música de agua, sonrisa eterna en la que perderse, escuchando su eterno son al romperse. Desperté los sentidos en mi lucha contra el viento, en la madrugada me perdí en sus pensamientos, siendo furia y calma, sereno y tormenta, brillando siempre en mis ojos cual relampago. Recorrí cada palmo de su alma con mis lamentos. Sintiendo la bruma  que de nuestro mar llega calmada, lenta, pero inexorable alcanzando nuestro mundo, cubriéndonos. Que pase el otoño y se lleve las hojas, que arrastre nuestras almas impías, que el invierno nos acoja, que nos de c